En la actualidad podemos ver diversos y distintos toldos casi todos los días, pero es muy probable que nunca nos hayamos preguntado su origen…
Los toldos se vieron por primera vez en el coliseo de Roma, en la época romana, extendían un tipo de toldo desplegable llamado velario, fabricado con el mismo tipo de lona de la vela de los barcos, abiertos y cerrados con redes de cuerdas utilizando poleas y plataformas de maderas, toda una arquitectura y tecnología dedicada a la protección del sol y la lluvia.
Tiempo después la lona fue sustituida por el lino, material más ligero y fácil de maniobrar. En París 1889, fue la empresa A. Fabre quién creó el primer toldo con brazo, instalándolos en la capital francesa en comercios y poco a poco se fue popularizando en más ciudades de Francia y España, luego de algunos años en toda Europa y posteriormente en el resto del mundo.
Los primeros diseños fueron totalmente artesanales, cosidos a mano con aguja e hilo; con el tiempo y gracias a la tecnología los toldos han experimentado una gran evolución en métodos de fabricación, diseños y materiales.
Hoy en día, los toldos ya no sólo se utilizan para la protección del sol y la lluvia; se han convertido en un elemento muy importante en la decoración y organización de eventos y fiestas
